16 Feb Síndrome de la persona cuidadora quemada
Las personas cuidadoras de familiares afectados por enfermedad neurodegenerativa poseen un rol tan importante como difícil, ya que gracias a ellas la persona afectada está atendida, realiza sus actividades básicas de la vida diaria, tiene calidad de vida y mucho más. Sin embargo, todo ello afecta al cuidador/a porque supone un gran gasto de energía, mezcla de sentimientos y emociones, cambios en el ritmo y planes de vida…dando lugar a un gran impacto mental y físico que es necesario gestionar. Si esto último no ocurre, las repercusiones negativas se acumulan dando lugar al conocido “síndrome de la persona cuidadora quemada”.
En el presente artículo contamos qué es este síndrome y cómo se previene, ¡sigue leyendo!
Síndrome de la persona cuidadora quemada: ¿Qué es?
Es cierto que el ser humano no está preparado para la labor de cuidado de otra persona con alguna patología, y esto puede ocasionar que su propio cuidado quede en un segundo plano, dando lugar, por tanto, a problemas de salud tanto físicos como mentales.
Uno de los problemas que puede ocasionar esta situación es que aparezca el conocido “síndrome de la persona cuidadora quemada”. Es decir, sobrecarga y agotamiento de la misma.
La persona habrá caído en esta situación cuando sienta frustración, impotencia, rabia, culpabilidad, cuando dedique menos tiempo a su entorno social y a otros familiares, al dejar de hacer las cosas que le gustan, e incluso cuando tenga malestar físico como dolores musculares, de cabeza, entre otros.
Es por ello que algunas de las señales de alerta son cansancio, problemas en el sueño, ausencia de interés, dolores físicos, aislamiento social, mucho estrés o picos de ansiedad.
Síndrome de la persona cuidadora quemada: ¿Cómo se puede prevenir?
La prevención de la caída en el síndrome de la persona cuidadora quemada es posible, y para ello es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
–Expresa lo que sientes. Busca ese apoyo en personas de tu alrededor y comunícales cómo te sientes ante dicha situación, solo así podrán entenderte y ayudarte para que no tengas toda la carga emocional y cale en ti.
–Conoce la enfermedad. Si sabes lo que le pasa a tu familiar es más fácil saber llevarlo. Buscar información para tratarlo de la mejor manera, entender cómo se siente y saber qué afectaciones tiene te permitirá tener cierto control de la situación.
-Pide ayuda. El ser humano no está hecho para dedicarse al 100% a otra persona, apóyate en profesionales y familiares en los que confíes. Aunque tengas el rol de cuidador/a principal, déjate ayudar, será bueno tanto para ti como para la persona afectada.
–No te olvides de ti. Uno mismo tiene que cuidarse para poder cuidar adecuadamente a su familiar, solo así podréis tener calidad de vida.
Muchas veces la vida sorprende y tenemos que aceptar la situación que venga, tomar acción y seguir adelante de la mejor forma posible. Es por esto que hacer sobreesfuerzos solo agota y cala en el día a día, no dejes que esto ocurra, evita caer en el síndrome de la persona cuidadora quemada, hazlo por ti y por tu familiar afectado que se merece los mejores cuidados y la mayor calidad de vida posible.
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